De pequeña escuchaba programas de radio y soñaba con ser enfermera o doctora. Hoy es secretaria ejecutiva. En esta entrevista, Juana nos cuenta su historia de superación pese a todas las dificultades culturales y de género que encontró en el camino:
«Ingresé a Primero de Secundaria en el internado de Vila Vila en 2011. Vine porque mi casa está alejada del colegio y el único centro educativo que existía cerca era este. Decidimos que viniera acá para que no me cansara caminando horas todos los días y porque soy mujer».
Juana, lo tenía claro. Estudiar le daría muchas oportunidades y esto llevó a sus padres a buscar opciones para conseguir su objetivo. En aquella época, las dos únicas que existían eran las CEA gestionadas por la ONG K’anchay: Vila Vila y Qachari.
Sin embargo, no terminaría sus estudios ahí.
«Me fui al padre Pompeo Rigón de Mizque con las Misioneras de Jesús Eterno Sacerdote (MJES) con quienes K´anchay tenía convenio para que las mujeres del Norte de Potosí prosiguiéramos los estudios de secundaria. Terminé el bachillerato el año 2016″. Para ella, estudiar en Mizque fue su oportunidad para alcanzar su sueño. «Estudiar en Mizque nos ayuda en la forma de expresarnos, porque tienes más relación con la gente, principalmente en castellano. Yo solo hablaba quechua y aymara y tenía miedo a hablar. Pero aquí mejoré el castellano. Era tímida pero como venían chicas de todos lados, perdí el miedo. Te haces más sociable y abierta».
El 2017 realizó cursos de verano y voluntariado en la Comunidad Educativa Agroecológica de Toracarí. Fue la ocasión de aplicar todos sus conocimientos: «Aprendí cómo saber escuchar y comprender a los estudiantes, ser organizada y ordenada. También, aprendí a comunicarme de forma adecuada con los educandos, me fui acostumbrando a relacionarme con ellos».
«En Toracarí buscaba estrategias para motivar a los estudiantes. K´anchay estaba asumiendo el manejo del internado y en esos primeros años los chicos y chicas eran rebeldes y me costaba cambiarles. Conversaba con los educadores y con el coordinador para aplicar estas estrategias. Recomendaba, a partir de mis aprendizajes, formas de comportamiento adecuados dentro de un internado».
«Quería estudiar para profesora, sin embargo, no accedí a información suficiente para aprobar los exámenes de ingreso. No tenía conocimiento sobre otras carreras y la primera persona que me recomendó me sugirió estudiar secretariado».
«Me apoyaron tanto la institución como mis padres y me terminó encantando esta profesión, porque secretariado es un resumen de todas las carreras. Compaginaba los estudios con el trabajo con lo que logré que los recursos económicos me alcanzasen hasta concluir la carrera».
«La institución da su apoyo para que las mujeres del área rural salgamos adelante, eso explica que actualmente haya más mujeres en el internado de Vila Vila, por ejemplo. Sin embargo, creo que falta el rol de los padres para animar a sus hijas a estudiar».