La situación de desabastecimiento de Venezuela es bien sabida y, por eso, nuestra ONG financia este proyecto en la ciudad venezolana. El objetivo es dar herramientas a sus habitantes para que puedan comer, algo tan básico pero tan difícil allí en estos momentos. «He sido testigo de su situación. La crisis económica y política en la que ha estado sumergida hace pensar que es un país que está sobrepasando los niveles de pobreza», comenta la técnica en agroecología tras su visita.
Macarena y Damián, ambos expertos en este sector, no dudaron en coger un vuelo y pasar 15 días impartiendo formación a las familias de los barrios Etnia Guajira (Maracaibo) y Sector Montañita (Cañada Urdaneta).
Damián y Macarena recién aterrizados en Venezuela junto con Jeannette Makenga, directora del Centro de Promoción Integral del Niño en Maracaibo.
Con este proyecto, gracias a su ayuda, la Fundación Isabel Martín pretende garantizar la producción de alimentos autóctonos, accesibles, disponibles y de calidad mediante la creación de huertos familiares agroecológicos y pequeñas granjas avícolas.
Huertos en Maracaibo, Venezuela
A la situación de desabastecimiento en Venezuela se suma el hecho de que «no aceptan ayuda humanitaria (casi nos requisan el suministros y aprovisionamiento de medicamentos nada más llegar al aeropuerto). Además en uno de los barrios, etnia Guajira, la desnutrición infantil está a la orden del día», comenta Macarena.
Macarena con varios vecinos del los barrios de Maracaibo.
Gracias a este proyecto, 23 familias saldrán beneficiadas directamente al poder cultivar sus propios alimentos. Y es que los cursos que recibirán consistirán en:
1) Formación técnica y habilidades en huertos familiares y árboles frutales
2) Formación técnica y habilidades en granjas agroecológicas
3) Formación técnica y habilidades para el uso de una incubadora de huevos
Indirectamente, todos/as los/as habitantes del barrio de Maracaibo y de Cañada Urdaneta, en Venezuela, serán beneficiarios de este proyecto en el que hemos puesto toda nuestra ilusión. Estas familias son las más pobres y marginadas, con un alto nivel de vulnerabilidad que les hace no poder ejercer sus derechos. El proyecto, por tanto, trata de darles a conocer sus derechos, fortalecer sus capacidades para reclamarlos de modo que ellas/os puedan contribuir a su consecución y facilitarles recursos para que cultiven sus tierras y así tengan autonomía y soberanía alimentaria.
Damián y Macarena junto con Jeannette y el cónsul de Colombia.
En palabras de Macarena: «ha sido la experiencia hasta el momento más enriquecedora y educativa que he vivido. Gracias a CERAI y a la Fundación Isabel Martín por darme la oportunidad de abrir los ojos».
La técnica en agroalimentación fue entrevistada por Aragón en Abierto (Aragón TV) a su regreso de Venezuela. No te pierdas su sobrecogedor relato en este vídeo:
Además del de soberanía alimentaria, nuestra ONG también apoya otro proyecto en el país, con el Servicio Jesuita a Refugiados de Venezuela como contraparte. Se persigue dar formación y acompañamiento a mujeres, adolescentes y niñas, refugiadas colombianas, en situación de vulnerabilidad en comunidades de los estados Apure y Táchira.
Mujeres y niños/as en un taller prevención de enfermedades crónicas
En este sentido, se han programado los siguientes talleres:
1) Nueve talleres de capacitación en artesanías y habilidades en corte y costura, bisutería y cestería.
2) Seis talleres de cocina y alternativas nutritivas de preparación de alimentos
3) Un taller de formación en educación para la higiene, salud reproductiva, y prevención de enfermedades crónicas.
Refugiados/as haciendo pulseras en los talleres de Apure y Táchira en Venezuela
En el marco de la violencia social y estructural que se vive en la zona fronteriza colombo venezolana, la violencia contra mujeres y niñas sigue siendo grave, sistemática y generalizada. Por este motivo, el proyecto se dirige a formar a las mujeres para que sean capaces de mejorar su vida personal y familiar. Todo ello a través del desarrollo de habilidades para su autosuficiencia económica y actividades que les ayuden a superar sus experiencias traumáticas producidas por la violencia social y la crisis humanitaria del país.
Un total de 225 mujeres de los estados Apure y Táchira son las beneficiarias directas. Son personas en situación de refugio, solicitantes de refugio e integrantes de comunidades de acogida. Indirectamente, además, son beneficiarias cerca de 900 personas en ambos estados.