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10 septiembre, 2018

Patricia, voluntaria en la India: «Este viaje me ha cambiado por dentro».

«Ha habido buenos y malos momentos, estrés y nervios, pero también paz y felicidad. Lo mejor que me llevo son las personas que conocí allí. Las que me ayudaron y me tendieron una mano cuando ni si quiera yo sabía que la necesitaba». Patricia, voluntaria en la India, nos cuenta sus sensaciones tras su estancia en un colegio de Talasari.

Salió para la India el 29 de junio y así comenzar su aventura. Una decisión que no le resultó fácil pues dejar la zona de confort siempre entraña ciertas dificultades tal y como ella cuenta: «tenía muchas ganas de que todo comenzase y, aunque los primeros días no fueron tal y como yo esperaba, mi situación fue mejorando. No voy a decir que todo fue coser y cantar pero conseguí salir airosa de todas las dificultades y disfrutar de mi viaje a India».

Y es que cuando llegas a la India, el choque cultural es inmenso. Así lo vivió nuestra voluntaria: «Mi voluntariado comenzó con unos días en Bombay, visitando algunas sedes religiosas con las que colaboraban las hermanas que me acogieron en el Community College, donde yo iba a impartir clases de inglés y manualidades. Los primeros días fueron difíciles, no solo por tratar de hacerme al inglés que hablan en India, sino a su cultura y sus costumbres».

Detalle de una calle típica de Bombay, India. 

«Me impresionó su hospitalidad, su cercanía hacia los extranjeros, su cariño… Entendí lo que ellos consideraban ‘clase media’ y ‘clase baja’, el orgullo que les producía casar a los hijos y ver prosperar a la familia… La felicidad en cosas que aquí no valoramos de la misma manera».

Patricia iba a pasar unas semanas en Talasari donde la Fundación Isabel Martín financia los sueldos de profesorado y el mantenimiento del Community College, un colegio de formación profesional para estudiantes y residencia de niñas.

«Tres días más tarde llegué a la escuela donde viviría y daría clase. Digamos que empleamos casi un día entero para llegar porque en India…todo lleva su propio ritmo».

Estudiantes del Community College, Talasari, India.

«Me dieron gran libertad en cuanto al temario y forma de impartir mis clases; me encantó la experiencia de enseñar inglés y manualidades y pude combinar ambas asignaturas para hacer más sencillo el inglés al no tener una lengua en común con la que enseñar a los alumnos».

Patricia en uno de los talleres de manualidades en el Community College, Talasari, India.

«Me sentí muy bien acogida y en los ratos libres las niñas venían a estar conmigo, descubrí una vocación de docencia que no sabía que existía en mi».

Patricia impartiendo clase en el Community College, Talasari, India.

Niñas atendiendo en clase en el Community College, Talasari, India.

Al comienzo de su segunda semana, Patricia contó con la compañía de dos voluntarias indias que daban clases de costura y con las que pudo compartir mucho tiempo y entablar una gran amistad: «Descubrí muchísimas cosas a cerca del hinduismo y la cultura que envuelve su sociedad gracias a ellas. Estuvimos las tres dando clase de lunes a sábado durante esas tres semanas. La cuarta, volvimos a Bombay, esta vez con un propósito más turístico».

Costa de Bombay, India.

En Bombay se alojó con tres voluntarias españolas de la Fundación que estaban en Creative Handicrafts. Gracias a ellas conoció otra cara de la ciudad: «Vi los slums, la pobreza y la opulencia. Vi las ratas conviviendo con las personas en la calle y los suelos relucientes de los centros comerciales. Vi la generosidad india y también sus pillerías para engañarte como turista. Vi las dos caras de una misma moneda, pero yo no podía dejar de pensar en Dolly y Hiral, mis dos amigas indias; ni en las familias que había visitado en mis primeros días en India; ni en las niñas del colegio y las pulseras que me habían regalado de despedida».

Típico mercadillo en Bombay, India.

«Me gustaría dar las gracias a la Fundación Isabel Martín, por facilitarme esta oportunidad y confiar en mí como voluntaria, y también a todas las personas que encontré en mi camino y que me hicieron feliz cada día en India».

Nuestra ONG agradece enormemente a Patricia su cariño, esfuerzo y labor en este voluntariado. Patricia,  deseamos que tu experiencia haya sido enriquecedora, nosotros/as sabemos que tu aportación ha sido muy especial para todos/as en el Community College y que siempre te recordarán… hasta la próxima visita 🙂

¿Y tú, quieres ser voluntario/a con la Fundación Isabel Martín? Infórmate aquí.