
El Proyecto de Federaciones pretende consolidar los Grupos de Cuidado y Autoayuda (Self Help Groups) existentes a nivel de aldea, bloque y distrito. Las mujeres de estas comunidades tribales tienen que lidiar a diario con problemas de corrupción, injusticia social y discriminación. También reclaman a nivel local instalaciones de agua potable, vivienda, empleo, centros de salud y educativos. El proyecto busca crear un poder colectivo y fortalecer movimientos asociativos a nivel de pada, panchayat y clúster (organizaciones administrativas locales de la India) para resolver estos problemas.
La mayoría de estas mujeres trabajan como temporeras cosechando en arrozales y realizando trabajos de agricultura. Sus contratos son diarios, esto quiere decir que todos los días se levantan temprano para conseguir que el propietario de la granja las contrate. Muchas de ellas después de la temporada de los monzones se ven obligadas a emigrar junto a su familia en busca de trabajo. Cuando esto ocurre toda la familia se encuentra perturbada y desorganizada. En ocasiones, las mujeres se convierten en víctimas de la explotación en el lugar de trabajo y también en el hogar. Reciben un trato poco digno y con faltas de respeto que vulneran su dignidad.
Con el objetivo de mejorar la dignidad de las mujeres tribales a través de su independencia económica y dotarlas de los medios necesarios para abrir sus pequeños negocios que les permitieran ser autosuficientes y administrar la economía familiar se puso en marcha, dentro del “Proyecto Federaciones”, el programa Sanmaan.
«Sanmaan» se trata de dar respeto y dignidad a las mujeres.
Tras una cuidadosa selección y un proceso de formación y empoderamiento, doscientas mujeres entraron en el programa y pusieron en marcha sus pequeños comercios.
Os dejamos con algunas de las mujeres que los regentan:
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Rajana Ramesh Joshi, de Udhale, pertenece al pueblo Mahadev Koli, un grupo tribal de Maharashtra. El marido de Rajana tiene un problema de alcoholismo que ha provocado el empeoramiento de su situación socioeconómica. Tiene cinco hijos y todos los días se veía obligada a trabajar fuera de su casa como temporera en una granja. Gracias al programa Sanmaan, Rajana ahora tiene una pequeña tienda de alimentación. En el último año no han tenido que emigrar. Además, su marido se ha implicado en el negocio y ha reducido el consumo de alcohol. Ella está feliz porque ahora puede cuidar de su familia.
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Pushpanjali Raju Kadam trabajaba de temporera en el campo y en ocasiones emigraba con la familia para encontrar empleo. Mediante el programa Sanmaan ha abierto una tienda de pescado seco. Ahora se siente respetada por sus familiares y ha conseguido tener unos ingresos decentes que le permiten vivir dignamente. Se ha convertido en un miembro activo en su comunidad y participa en todas las actividades y programas de la federación.
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Laita Ganpat Joshi, de Udhale , en Mokhada. Trabajaba como asalariada diaria y no tenía casa. Con el programa Sanmaan ha abierto un puesto de bisutería ambulante que le permite tener ingresos diarios. Acude a las escuelas, a los internados de niñas y a los mercados para vender sus productos. Gracias a las ventas logró alquilar una casa para ella y su familia. Al igual que Pushpanjal, Laita es ahora muy activa en la federación y acude a todas las actividades.
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Charushila Nilule, de Kaulale. Se dedicaba también a trabajar como temporera diaria. Charushila con el apoyo del programa Sanmaan, se ha aventurado a abrir una pollería. Generalmente esta es una actividad masculina, por lo que Charushila se ha convertido en un ejemplo e inspiración que anima a otras mujeres a iniciarse en este tipo de negocios. El trabajo es duro ya que todos los días acude hasta Jawhar para comprar los pollos y tiene que montar la tienda durante la noche.
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La iniciativa piloto fue un gran éxito durante el primer año de su implementación y ha beneficiado a las mujeres de muchas maneras, no solamente en el aspecto económico, en un proceso de empoderamiento personal y crecimiento de la autoestima. La Fundación Isabel Martín aumentó su aportación financiera al programa Sanmaan para poder llegar a más mujeres y ofrecerles la oportunidad de iniciar un negocio propio.
Estamos muy felices de conocer los progresos de estas mujeres que con su esfuerzo personal y el apoyo del proyecto han conseguido mejorar su vida y la de sus familias. Ahora aportan sus conocimientos y experiencia para animar a otras mujeres a seguir sus pasos
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