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18 junio, 2020

Testimonios de Rossmary y Elmer, voluntarios en las Comunidades Educativas Agroecológicas de K’anchay en Bolivia

Rossemary Aguilario Charca y  Elmer Quispe Quinaya forman parte del Programa de Voluntariado que nuestro socio local en Boliva, K’anchay, lleva a cabo en sus Comunidades Educativas Agroecológicas (CEA) en el norte de Potosí y que cuenta con el apoyo de la Fundación desde el año 2017. Compartimos los testimonios que nos han hecho llegar en los que reflejan sus actividades y pensamientos durante la actual situación de crisis mundial.

Rossemary Aguilario es  voluntaria en la CEA (Comunidad Educativa Agroecológica) San Marcos , Bolivia. Aquí os dejamos su testimonio:

 

<< Las actividades que realizamos en el transcurso de la cuarentena por COVID-19 en la CEA San Marcos es mediante la planificación de actividades del mes, pero donde más actividades se realizan es en el área de trabajo productivo, área académico y de vida comunitaria.

Realizamos  actividades de trabajo productivo como el almacigo de hortalizas y frutales, siembras, trasplantes, plantaciones, cosechas, podado de plantas frutales riego etc. Todo en el huerto de la CEA San Marcos.

Se han construido nidales para las gallinas y una cocina a leña. Además, hemos arreglado grifos, duchas, ventanas y colocado de malla métrica.

He llevado a cabo tareas de recogida de leña para cocinar, atención a los animales y cuidado de los huertos familiares. También  contribuimos a la vida comunitaria elaborando pan en el horno de leña para su consumo.

Se ha realizado la planificación de temas a desarrollar de Matemáticas, Lenguaje y Lectura. Todo está listo para pasar el reforzamiento con los estudiantes una vez que retornen a la CEA, cuando se normalicen las actividades en nuestro país Bolivia.

Todo pasa en la vida, seguimos de pie con los ánimos altos hasta llegar a lograr nuestros sueños, no rendirse de nada, siempre ser fuertes, valientes, nos cuidemos de todo lo malo, seamos sembradores de paz, y firmes de hacer el servicio de voluntariado.

 

Estoy preocupada por la situación provocada por el coronavirus que nos daña, destroza a la gente a nivel mundial. Es triste haber suspendido las clases de refuerzo que tanto ayudan a los estudiantes que más lo necesitan. Hay muchos alumnos/as que nos dicen que se aburren en sus casas, que tienen ganas de pasar clases y hay muchas familias que sufren en lo económico.

Seguimos trabajando en la CEA San Marcos a pesar de los obstáculos, no desanimarse, no quedarse atrás en nada, autoformación para cada uno de nosotros, sigamos adelante, dejar huellas para los demás que vienen detrás de nosotros y siempre pedir a Dios que nos cuide y proteja de todo. >>

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Elmer Quispe es voluntario en la CEA  (Comunidad Educativa Agroecológica) Qachari en Norte Potosí, Bolivia.  Elmer nos relata su experiencia:

 

<< La mayor parte del tiempo, realicé junto a mi equipo de trabajo actividades académicas y productivas y estoy viviendo experiencias únicas e inolvidables.

Es verdad que esta pandemia COVID-19 nos nubló las metas anuales, fue un obstáculo para realizar muchas de las actividades previstas.

Durante la cuarentena bajamos al río de Qachari y en las tierras recuperadas de la erosión hemos plantado durazno junto a un compañero del equipo (agrónomo) y algunos padres de familia.  Fue algo muy valioso para mí, plantar un arbolito para ayudar a la Madre tierra: “Si supiera que el mundo se acaba mañana, yo hoy todavía plantaría un árbol” dijo Martin L. King. La verdad que esto fue una experiencia muy rescatable, nosotros realizamos esta actividad y así hicimos la forestación en diferentes lugares de Qachari, pues la mentalidad ecológica que se nos fue inculcada desde muy pequeños mediante K’anchay nos dio las fuerzas para poder ayudar a nuestra madre tierra.

Los días en que fuimos a cosechar diferentes hortalizas de los diferentes terrenos prestados recuerdo que fuimos junto con el equipo de trabajo, con dos mulas a cosechar cebolla. Todas las cosechas de hortalizas nos sirvieron de alimento para nosotros, de manera que nos pudimos autosostener con eso productos, lo cual también nos enseñó K’anchay (ser autosostenibles). Compartimos lo que teníamos con la población, que con los problemas y con la cuarentena se quedaron con pocas verduras.

En la cuarentena dinámica realizamos una caminata de aproximadamente 8 km para visitar a la comunidad Lawa Lawa, una comunidad desde donde alguno de nuestros estudiantes vienen a la CEA . Fuimos con el objetivo de nivelar o enseñar a los que se están atrasando por la suspensión de actividades curriculares. Llegamos al lugar cansados, recuerdo que ese día almorzamos a las 3 de la tarde (hicimos un sacrificio, de eso no hay duda pero hicimos un sacrificio que realmente vale la pena). Convocamos a los estudiantes en la escuelita, yo personalmente impartí conocimientos de Matemáticas a los de 2º y 3º de secundaria y con 5º contenidos de Pecuaria.

Lo más lindo de esta experiencia fue que pude enseñar a mis estudiantes con detenimiento y uno a uno hasta pudieron resolver los ejercicios. Por otro lado, conocí un nuevo contexto, de donde vienen mis estudiantes a la CEA, me adentré en la realidad y junto con ellos aprendí ese día que la educación no tiene lugar,  puedes aprender siendo de cualquier ambiente solo basta con echarle ganas y hacerlo con mucha voluntad.

 

En la CEA da tiempo a conocerse a uno mismo, a integrarnos y conocer a nuestro equipo y a trabajar como tal ante estos problemas, en consecuencia es un espacio de reflexión.

Me preocupa que la situación empeore y que no pueda volver a pasar clases, los estudiantes ya se están perjudicando demasiado en lo académico. Por otro lado, si la pandemia llega hasta estos lugares del Norte Potosí, nuestros centros de salud no están bien equipados. >>

Muchas gracias Rossemary y Elmer por compartir con nosotras vuestra experiencia y por el trabajo que estáis realizando. Mucho ánimo y todo nuestro apoyo desde España en estos tiempos tan difíciles.