Un recuerdo a nuestras mujeres…

Se acaba este año terrible de pandemia, dolor, muerte y sufrimiento y podemos tener la tentación de querer olvidarlo, de borrarlo, como si no hubiera existido, pero nosotras no queremos olvidar.

No queremos olvidar a todas las víctimas de la enfermedad y de la crisis que ha provocado, aquí y en todo el mundo, en los países con los que trabajamos en proyectos de Cooperación. También nos ha golpeado, afectando duramente a familiares de trabajadoras y patronato.

Para la Fundación, además, ha sido un año de pérdidas, no relacionadas con la covid. Se nos han ido dos de nuestras amigas y benefactoras más longevas y queridas: en enero nos dejó Isabel, a los noventa y cinco años de edad, y en agosto, Teresa, con cien. Que hubieran vivido vidas largas y fructíferas no hizo menos dolorosa su partida. Descansen en paz.

Pese a todo, nuestro mensaje es de esperanza y aliento. En este número extraordinario de Navidad queremos rendir un homenaje a todas nuestras “amigas” y benefactoras que han pasado de los noventa, a las que están bien, como Teresa Unzu, con noventa y seis cumplidos y más de setenta años de misionera en la India; a Antonia Sanz, que a sus noventa y siete le ha hecho un quiebro a la COVID; a Juana Ibáñez, también donante y abuela de nuestra compañera Sara, con sus noventa y tres, a nuestras queridas misioneras en Javier… y a las que se han ido. A todas queremos recordarlas siempre. Y una nueva generación empuja: nuestra compañera Paz dio a luz a sus mellizas, Adriana y Marta. ¡Bienvenidas!

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María Teresa Lafarga Gómez

Nuestra querida Teresa, sin cuyo ejemplo y aportación la Fundación seguramente no existiría. Fue ella quien apoyó a Isabel Martín en los años 80, entre otros benefactores, ciertamente, pero de forma significativa, en su misión de dignificar la vida de las mujeres de los slums de Bombay en el proyecto que culminaría con la constitución de la cooperativa Creative Handicrafts. Fue ella quien inculcó en sus hijos, nietas y nietos, promotores de la Fundación Isabel Martín, los principios y valores de la solidaridad y la filantropía.

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Tenemos una semblanza de Teresa recuperada de sus familiares:

“María Teresa Lafarga nace en el madrileño barrio de Malasaña el 18 de octubre de 1919. Desde siempre mostró interés por ayudar a los que más lo necesitan. Su primer voluntariado lo llevó a cabo en el Hospital Musulmán de Zaragoza en el año 1937 atendiendo a los musulmanes que habían luchado en la guerra y habían caído heridos de una u otra manera. La experiencia como voluntaria le gusta tanto que pasó gran parte de su vida, hasta que cumple 80 años, como voluntaria. Toda su vida ha sido ejemplo de entrega a los demás, tanto de manera personal como desde su labor en ONG u organizaciones caritativas, como se llamaban entonces. Fue Presidenta durante muchos años de las Conferencias de San Vicente de Paúl del Arrabal. Estas se realizan en varias parroquias de Zaragoza y desde allí se coordinan las ayudas para cubrir las necesidades de las familias del barrio zaragozano. Además de ayudar en la coordinación de las ayudas, María Teresa aporta fondos de forma individual con los que subvencionar bonos de comida que se repartían entre las familias necesitadas. También visitaban regularmente a los beneficiarios y beneficiarias conociendo así de primera mano sus necesidades. María Teresa, acudía al barrio todos los lunes con su Seat 600, pues no en vano fue de las primeras mujeres de Zaragoza que tuvo carnet de conducir.

Allí en el barrio, se reunía con sus compañeras y el cura-párroco de la Iglesia de Altabás y éste les daba cuenta de las necesidades más perentorias de los vecinos que, dadas las circunstancias de la época, eran muchas. Los visitaban en persona en sus domicilios, conocían los problemas de primera mano y elaboraban unos talonarios de manutención canjeables en las tiendas de comestibles del mismo barrio, por bienes de primera necesidad y siempre en proporción a las necesidades de cada familia. Todavía existen personas del barrio descendientes de aquella época que recuerdan sus visitas de los lunes con su Seat 600.

A partir del 1986 cuando conoció a Isabel Martín, se implicó directamente con ella, comprando muchas chabolas en los slums para familias que vivían en la calle, con el objeto de potenciar Creative Handicrafts y hacer más eficaz el trabajo de las mujeres. Isabel se encontró con la necesidad de construir un edificio donde reunir las diversas áreas de la cooperativa, como la producción, voluntariado, administración, finanzas, etc. El edificio se construyó en el 2009/2010 y se inauguró en el 2011. María Teresa co-financió el edificio. Aparte de ayudar económicamente a Creative Handicrafts, comenzó a financiar proyectos de las misioneras de Cristo Jesús, orden a la que Isabel Martín pertenecía, tales como el centro educativo de Tanakla o el Hospital de Gomia.

Desde hacía varios años también daba donativos periódicos a otras ONG como Cruz Roja, Cáritas, Ayuda en Acción y, por supuesto, a la Fundación Isabel Martín desde su creación en 2015”.

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Su vocación de compartir y de impulsar obras sociales, de servicio a los demás, especialmente a los más desfavorecidos, y entre ellos, a las mujeres, la transmitió a sus hijos, nietas y nietos de manera natural, y toda la familia ha apoyado y promovido diversas iniciativas filantrópicas a lo largo de los años.

Y así, uno de sus hijos, Ignacio, con su mujer, Paz y otros voluntarios y colaboradores de Isabel Martín, decidieron a la muerte de esta en 2013, constituir, con el soporte de María Teresa, nuestra Fundación.

Durante estos años ha contribuido con sus aportaciones, nos ha acompañado en los actos más importantes y nos ha visitado en varias ocasiones, siguiendo nuestra actividad. Este mismo año, con motivo de la crisis mundial provocada por la COVID -19, María Teresa impulsó la dotación dentro de la Fundación Isabel Martín, de un fondo de contingencia específico que se ha destinado tanto a la adquisición de EPI’s y otro equipamiento en España para las trabajadoras de la Residencia de asistidos Santa Teresa, de Cáritas, en Zaragoza, como al envío de ayuda monetaria a diferentes países y proyectos para paliar sus efectos, y concretamente, a garantizar los salarios de las trabajadoras de Creative Handicrafts.

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Lúcida hasta el final de sus días, María Teresa falleció el pasado 8 de agosto, a los cien años, siendo un ejemplo de solidaridad hasta el último momento. Su aportación ha supuesto para esta entidad, más allá de las cifras, el camino a seguir por sus descendientes con su mismo entusiasmo y determinación, en la defensa del lema fundacional: dignidad, educación y justicia.

Gracias, María Teresa Lafarga

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Isabel Hernández Martín              

Nuestra Isabelita… era la prima de nuestra querida Isabel Martín. Ella viajó a la India a enseñar a coser a las primeras mujeres de lo que luego sería la cooperativa Creative Handicrafts en Bombay. A su entusiasta prima se le ocurrió que hicieran muñequería de trapo que luego ella intentaría vender a amigos y conocidos, pero ella no sabía, e Isabelita, sí. Así que para allá se fue. Hoy en día más de trescientas cooperativistas tienen un trabajo digno y Creative Handicrafts llega a emplear hasta a ochocientas mujeres en picos de producción.

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Seguía las andanzas de la Fundación y hasta el último momento mantuvimos el contacto con ella: recordamos con cariño nuestros encuentros en Madrid y conservamos los recuerdos de Isabel que nos hizo llegar.

Gracias, Isabel Hernández Martín.

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Con estas mujeres vamos haciendo el camino. Gracias a todas y a quienes nos acompañáis.