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28 septiembre, 2017

Aventura de diseño en Bombay (India): Parte III

Sofía, Ana y Teresa ya han vuelto a Zaragoza tras casi tres meses realizando sus prácticas curriculares en Creative Handicrafts, Bombay (India). Su programa de trabajo ha consistido básicamente en el desarrollo de una colección de moda femenina, incluyendo todas las fases de diseño: patronaje, confección, shooting y exposición de las prendas.

Os adelantamos que su preciosa colección lleva por nombre «Petricor» (ese característico olor que produce la lluvia al caer en el suelo) y que muy pronto la podréis ver en un desfile organizado por su escuela de diseño Hacer Creativo. Y es que sus alumnas han donado las prendas después del gran esfuerzo que han puesto. ¡Os iremos informado!

Por lo pronto, os contamos sus aventuras el último mes:

«El 6 de agosto India nos dejó aún más boquiabiertas de lo que ya estábamos… Por un instante se nos acabaron los planes y obedeciendo a la intuición acabamos descubriendo un festival que se celebra a la costa de Bombay, donde las mujeres e hijas de familias de pescadores se arreglan y salen a bailar al ritmo de una charanga la cual finaliza con una ofrenda en el mar.

Si cerrabas los ojos podías sentirte en medio de un pueblo español en fiestas, pero al abrirlos descubrías un nuevo modo de sentir la misma música; en medio de una calle estrecha llena de gente alegre que te invita a comer picante y dulce, a beber zumo de mango, a entrar en sus casas, a sentirte uno más, a bailar y disfrutar.

Del mar a la tierra, del baile al caos, el ritmo frenético de Bombay seguía, y nosotras con él, hasta que en medio de este traqueteo, una nueva dosis de paz llegaba desde España, esta vez la familia de Sofía.

De nuevo tocaba impregnarles de India: gente, lluvia, templos, picante, tuctucs, trenes, chapatis, y más lluvia y picante, por supuesto.

Solemos decir lo felices que estamos aquí, y lo a gusto que alargaríamos nuestra aventura, pero qué bien sienta esta pequeña dosis de nuestra tierra, cuando escuchar resonantes las palabras, se convierte en un regalo para los oídos.

Los fines de semana son cortos, pero cuando los aprovechas para salir del ritmo acelerado de la ciudad se convierten en la pausa perfecta. Eso nos pasó en Lonavala. Tras tres horas sentadas en el vagón de mujeres (de muchas mujeres), ahí estaba el punto más relajante, verde, amplio y fresco que hemos conocido hasta ahora. Qué gusto respirar ese aire, observar esos paisajes, necesitar la chaqueta, dormir en una casa en un árbol, oír solo a los animales, descansar mientras te dan un masaje, no poner alarmas….¡hasta el lunes claro!

Acabados estos días tan especiales, se sucedieron otros en los que tocaba trabajar. Patrones y más patrones; aún con la mente en las nubes, tocaba poner todos nuestros ojos en la colección. Y menos mal que contábamos con dos ojos más, los de Ganga, el mejor patronista que podíamos haber encontrado.

Su habilidad, rapidez y disposición, han sido imprescindibles para sacar a delante nuestro proyecto en el que seguimos trabajando con el objetivo de contar todas estas vivencias a través de nuestro idioma preferido, la moda».

Después de esta experiencia, las tres alumnas han podido pensar en todo lo vivido. Aquí os dejamos algunas de sus conclusiones:

«Se contó con la ayuda de los trabajadores durante los procesos de patronaje y confección. La colección fue desarrollada con los materiales suministrados por la propia Creative Handicrafts, así como telas, fornituras… Cumplimos las horas y requisitos exigidos para las prácticas siendo ‘apto’ el resultado final.

En el aspecto laboral, la trayectoria se resume como positiva, no sólo en la adquisición de nuevos conocimientos, que también, sino por la inmersión en el mundo laboral, de una forma muy concreta: con igualdad y autonomía. Desde el primer momento hemos tomado el mando de nuestro propio proyecto, adquiriendo la responsabilidad real de sacar adelante el trabajo, y aprendiendo a organizar los tiempos y tareas. Por otra parte, ha sido importante para nosotras, el hecho de no sentirnos becarias, como puede ocurrir en las labores de prácticas; sino como unas trabajadoras más. Además hemos aprendido nuevas técnicas tales como: bordados, tallajes, patronaje en autocad, desarrollo de fornituras o perfección de técnicas de corte entre otras.

Como factor añadido, la autonomía ganada en el uso del inglés como medio de comunicación. En nuestra labor como voluntarias, hemos prestado siempre buena disposición ante tareas y responsabilidades. Las mujeres nos han integrado e invitado a ver de cerca sus formas de vida, por lo que en esta primera experiencia como voluntarias, hemos podido adquirir gran conciencia social».

Desde la Fundación Isabel Martín no podemos más que agradeceros el trabajo realizado, la donación de vuestra colección y vuestra labor como voluntarias. ¡Gracias, enhorabuena y hasta la próxima chicas!