El espacio ENTREMUJERES quiere ser una respuesta sencilla a una necesidad de promover el diálogo y el intercambio entre personas de tradiciones culturales diversas con dificultades para socializar en otros ámbitos. Un espacio apacible de acceso libre y gratuito al que las mujeres del barrio, de la ciudad, puedan acudir en sus ratos de ocio a conocer a otras personas, a otras mujeres, a compartir sus intereses e inquietudes, a comprender sus diferencias y a crear lazos. En él se podrá compartir un café, un té, un bizcocho, organizar talleres, coloquios o eventos sobre los asuntos de interés de las mujeres, o simplemente desconectar de las obligaciones cotidianas. Las usuarias se apropiarán del proyecto y del Espacio participando en la programación de las actividades. La Fundación Isabel Martín facilitará medios y herramientas y dinamizará el Espacio, proponiendo tópicos para el diálogo y el aprendizaje colaborativo, desde la crianza hasta la jardinería, de la religión a la política, las costumbres o la sexualidad. El Proyecto pone a disposición de las usuarias un local multiusos en la calle de San Vicente de Paúl, 45 y facilitará el acceso al jardín de la Huerta de San Nicolás, del Monasterio de las Canonesas del Santo Sepulcro, a escasos metros del primero. Como ONGD desarrollamos nuestra actividad en un entorno multicultural, multiétnico, multiconfesional. Las personas que trabajamos en los proyectos de cooperación, empleadas, voluntarias y colaboradoras, en España y en terreno, somos de distintas nacionalidades, etnias y religiones, provenimos de tradiciones culturales distintas y creemos en el enriquecimiento personal y social que supone el diálogo intercultural y cómo el conocimiento mutuo puede contribuir a la concordia y la paz. Valoramos lo que nos une y valoramos lo que nos diferencia. En nuestros procesos de reflexión y debate con otras entidades y personas ha surgido reiteradamente esta necesidad de promover el intercambio. Concretamente con la Comunidad de las Canonesas del Santo Sepulcro de Zaragoza, pioneras en el diálogo interreligioso y el acogimiento intercultural, se comenzó a fraguar un proyecto de apertura de un espacio físico permanente para favorecer el encuentro. En nuestra vocación de trabajo por el empoderamiento de las mujeres hemos identificado que la posibilidad de interactuar con otras de tradiciones diversas es más difícil para aquellas que disponen de menos medios económicos y que tienen dificultades para socializar, precisamente por su diversidad, y a ellas va dirigido preferentemente el proyecto.